"Consejo de la madre a Schopenhauer: Primero, trata de hacer las paces contigo… recuerda que debes elegir una carrera que te prometa un buen pasar, no sólo porque es la única manera de poder vivir… piénsalo con calma y elige, pero luego mantente firme, que nunca te falle la perseverancia, y alcanzarás tu objetivo con tranquilidad. Elige lo que desees… no te engañes a ti mismo. Trátate con seriedad y honestidad."
SENTIDO VITAL


Preguntarme sobre mi sentido vital sólo puede llevarme a una respuesta simple que resume para mí todo: “-La flor replicó: ¡Necio! ¿Acaso crees que florezco para que me miren? Florezco para mí, porque me place, no para los demás. Mi júbilo está en mi ser y en mi florecer”- Dijo Schopenhauer alguna vez y, con esa sentencia, puedo yo sentir que se responde mi sentido vital. No podría decir que es lo mismo para todos, muchos pueden pensar que es pretencioso y egoísta (incluso ególatra, si no es lo mismo que lo anterior); pero nada más lejos de la realidad. La flor no se piensa a sí misma hermosa u ornamental en el jardín del universo, simplemente lo es. Vale ahora aclarar que lejos de la apariencia física, como podría pensarse hasta este momento, mi sentido vital está en el ser, en el permitir que mi espíritu se exprese a través de mi cuerpo y las herramientas sensoriales, físicas y no, que implica habitarlo. Lo que me mueve a ser de esa manera es el “entendimiento” (o aceptación si se quiere) de lo finito e irreal que es lo humanamente lógico y lo infinito y real que hay detrás de toda esa lógica. Siento que, en el arte pensado como expresión plural y polivalente y prescindiendo de expresiones verbales o estéticas, muchas veces encontramos representaciones que nos acercan o que hablan de situaciones que escapan el entendimiento y proveen a la razón un estímulo para comprender, sin necesidad de hacerlo explícito, el hecho inefable de participar en el universo. De ahí que sean en esta disciplina donde pretendo anidar o basar las pluralidades comunicativas que busca expresar mi ser.


El sentido de “ser” tampoco lo pienso como un estado de quietud y aguante o conformidad con lo que llegue. Ser para mí es escuchar todo el tiempo las voces que me pueblan e intentar cumplir sus requerimientos, tratar el jardín de mi interior y mi consciencia como tal y procurar regar y mantener viva y latente cada flor o enredadera por nociva o bienhechora que sea o parezca. Esto me ha llevado a un pluralismo en el actuar y una ausencia de preferencias en el ejecutar, todo me parece válido y a la vez todo puede ser descartado, nada es imprescindible para el universo aún si lo fuera. A pesar de ese pluralismo, disfruto interpretar lo que sueño y pienso en ilustraciones generalmente hechas a mano y pintadas con acuarela, por el disfrute que me genera sentir la materialidad y la magia a la que obedece la mezcla consciente de color y líneas sobre la superficie de papel y porque siento la relación clara que hay entre agua, magia, hacer y vida; sin embargo pienso que todo lo que expreso (ya sea escrito, oral, motriz, mudo, figurativo, melódico…) obedece a esa simple razón o sentido vital de ser y definirme en este plano como me lo dictan mis propias pulsaciones. No busco llevar la contraria o nadar contra la corriente, de hecho, siento que mi ser me pide fluir y en ese mismo fluir encuentro herramientas para interpretar o habitar lo que trae consigo cada situación y experiencia. Cuando me acomodo a algo que no puedo evitar también busco en mi fluir una salida o una forma de integrar lo que no me place a mi propio ser para seguir siendo sin generar en mi estado un quiebre o ruptura. Puede que haya dificultades en querer ser como busco hacerlo, pero pienso que en la dificultad es donde se encuentran las recompensas por las que vale la pena actuar y proyectarse en la vida. Así, en conclusión, con las complejidades y gratitudes que me brinda, defino yo mi sentido de vida, espero haber sido suficientemente claro y no demasiado. ¡Gracias!

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